UNIVERSO REZZORI (II)
La casa de Donnini –su entorno y sus entrañas—
se prestan a la fábula. Aquí encontró Rezzori el ambiente propicio para dar
forma definitiva a sus ideas sobre la literatura: su obra más importante (que
ahora traduzco), un «monstruo» de ideas sobre la novela, sobre la entidad del
autor, sobre los distintos modos de narrar una historia, pudo aquí por fin dar
un orden consecutivo (o digamos, más bien, privada e universalmente consecuente) a las esquirlas de
recuerdos, a los retazos y rémoras que fueron adhiriéndose a la red que él
mismo había arrojado al mar del mundo en su primera fase como escritor en
Berlín.
Ese Decamerón
moderno titulado La muerte de mi hermano
Abel, a resguardo ahora entre las tapas de un libro, es también el fruto de
una huida de la «peste florentina», de esa epidemia universal llamada
«frivolización del mundo»; constituye un catálogo de fábulas y placeres
narrados, de manjares verbales, muestra del genio y el ingenio de una
improvisada salsa de letras que viene a concretarse en torno a la mesa del
salón comedor, cuando fabuladores de todas partes del mundo, presididos –como
una Pampinea de nuestros días—, por Beatrice Monti della Corte, devoran y
comparten no solo historias narradas en una amalgama de lenguas, sino,
asimismo, ese universo de formas orgánicas que es tan a menudo la comida
italiana, con sus orecchiete, sus
pastas en forma de conchas o de angulas, sus quesos informes con aspecto de
estómago, la trenza de un queso napolitano que recuerda un intestino. Aquí, en
definitiva, se devora (y se devuelve) el mundo.
La obra más ambiciosa de Gregor von Rezzori, La muerte de mi hermano Abel, es también esa suerte de Decamerón moderno porque constituye una puesta en entredicho de la capacidad de narrar una historia a partir de las narraciones fragmentadas de varias voces. El mundo ordenado de ese "Medioevo moderno" que fue el siglo XX, con sus ideologías y sus realismos fascistas y socialistas (más socialistas y fascistas que reales) es cuestionado como nunca antes en este "Abel..."
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