MIKAEL VOGEL
Poemas
de (des)amor para la sala de cuidados intensivos
Como farmacopea
poética podrían resumirse muchos de los poemas que pueblan este segundo
libro de Mikael Vogel (Alemania, 1975). Aunque Morfinas (Berlín 2014) no contiene instrucciones para mitigar
dolores, la gama de sus usos, la casi minuciosa descripción de su posología, nos
incita a centrar nuestra mirada en los grados en que el dolor puede
manifestarse en el cuerpo y en la mente como resultado de relaciones
interpersonales «poimposibles», de una sensualidad «inabsoluta», troceada,
cortada a cuchillo en lonchas que le confieren una eternidad fragmentaria.
Vogel trabaja su material poético con pedazos de piel que se rozan, con esquirlas
de huesos y miembros arrancados, dispuesto todo sobre las bruñidas mesas metálicas
de un depósito de cadáveres vivientes todavía. Ciertos olores de Gottfried Benn
en Morgue salen de nuevo a las calles
berlinesas, cien años después, no ya para darnos lecciones médico-poéticas
sobre la fragilidad y corrupción del cuerpo, sino para mostrarnos la fuerza
edificante (y destructiva a la vez) de una deflagración: la del anhelo siempre
insatisfecho de contacto tras el roce, la de los cuerpos que se funden y se
despedazan en el abrazo.
José
Aníbal Campos
Traumatología de
nuestros abrazos desmembrados, de tus piernas enredadas en mí, cantidades
vacías
Tus susurros
codificados, criptoternuras excitantes en des-
calculadas alcobas, nuestras
yemas, niños prodigio atrapa-
dos en pieles de serpiente –mas tus cabellos aún
des-
garrados ahora en otra
parte, multiplicados por cero, tu nombre en otros
párpados. Mis bolsillos siempre
llenos todavía de astillas de nuestros huesos; mi balbuceo
de neurotóxicos vahos y violencia, fundidos ambos en la sangre,
como morfinas.
Die Traumatologie unserer zerschmetterten Umarmungen,
deiner um mich geschlungenen Beine, leere Mengen
Deine säuselnden / Verschlüsselungen... sexy mit Kryptozärtlichkeiten
in zer- / Rechneten Zimmern, unsere / Fingerkuppen Wunderkinder in
Schlangenhäuten ver- / Fangen – aber deine Haare sind ganz zer- / Rissen jetzt
irgend- / Woanders multipliziert mit Null, dein Name auf anderen / Augenlidern.
Meine Taschen immer / Noch mit unseren Knochensplittern gefüllt, stammle
Nervengift und / Gewalt, aber zerschmolzen einander im Blut wie /
Morphine.
Este poema ha sido tomado de Vogel, Mikael, Morphine, Berlín, J. Frank Berlin 2014,
pág. 73.
© Del poema: Verlagshaus J.
Frank Berlin / Mikael Vogel
© De la traducción y la nota introductoria: José Aníbal
Campos
Muy interesante este poema. Intuyo, no puedo más que eso, que su traducción debe haber sido compleja. Me interesa mucho la indagación del dolor en la poesía, sobre todo en este grado del lenguaje. También la enfermedad, no sé si es un tema que te interesa, pero me encantaría conocer poetas alemanes contemporáneos que traten estos temas. Gracias por la traducción. Un saludo.
ResponderEliminarQuerida Sabina: es tan sólo una primera versión. La complejidad ha estado sobre todo en los juegos de lenguaje con los verbos partitivos en alemán, la separación de prefijos, que yto he tratado de solucionar con nuevas particiones que, si bien se desvían algo del original, ofrecen nuevos momentos. El dolor en poesía no es poco común en la poesía alemana. en alemán Herz (corazón) rima con Schmerz (dolor); lo interesante de este poeta es, a mi juicio, la indagación en un dolor que se limita a partes del cuerpo muy concretas, como en un laboratorio... Seguiré traduciendo poemas de él... Me encanta...
ResponderEliminarGracias por la explicación. Este poema ciertamente es como un laboratorio doliente, por decirlo de alguna manera ("Mis bolsillos siempre
ResponderEliminarllenos todavía de astillas de nuestros huesos; mi balbuceo
de neurotóxicos vahos y violencia, fundidos ambos en la sangre (...)"). Esa partición lo hace llegar a una ruptura que creo es, innovadora para lo que yo suelo leer, como sabes, aún ando indagando, tal vez no lo sea, en todo caso, me gusta y espero continues traduciéndolo.