NASOS VAYENÁS - OCHO TESIS PARA LA TRADUCCIÓN DE POESÍA



 
1

Si «Un poema no debería significar, sino ser», como escribe Archibald MacLeish[1], entonces la poesía es una práctica tautológica. El objetivo se identifica con el punto medio, es imposible separar la palabra de su sentido, el significante del significado. La lengua poética es la lengua anterior a la Caída; lengua uniforme, o indisoluble, o ideal (la lengua en su forma ideal), libre de la dualidad alma-cuerpo: un cuerpo lingüístico cuya alma es su misma carne. Es por ello que la lengua poética podría ser definida como lengua no traducible; no traducible porque es lengua absoluta, y porque la traduccion es una liturgia que presupone la relatividad lingüística: no puede materializarse excepto cuando la relación entre el significante y el significado es arbitraria.  

 

2

La traducción de poesía (si pudiéramos hablar de traducción en poesía) es el traslado de un cuerpo poético al cuerpo poético de otra lengua. Aquí la separación de los significados de los significantes no podría siquiera comprenderse convencionalmente. Los significados de la poesía son diferentes de los significados de otros tipos de discurso, porque su fundamento se establece esencialmente por la «materialidad» de los signos. Cada cambio de esa «materialidad» (cada tentativa de traducción de los signos) supone una alteración de su fundamento (alteración de su carga emotiva, principalmente) y alteración de todo el fundamento de la palabra poética. Así, en la metáfora, es un proceso que no podría siquiera teorizarse como recreación. La recreación es la construcción desde el principio de una forma con los mismos materiales, y en la traducción de poesía los materiales son diferentes porque las lenguas son diferentes. La traducción de poesía es, por tanto, una re-creación; más exactamente, la creación, con los materiales de la lengua del traductor, de un nuevo cuerpo poético: de un cuerpo correlativo (puesto que no puede ser el mismo), de igual peso y tono que el cuerpo del original.

 

3

Si la traducción de poesía es imposible, entonces la traducción de poesía es un arte verdadero.  

 

4

En la traducción de poesía, el original es la experiencia y el proceso de la traducción la práctica poética.

 

5

Una teoría seria de la influencia no puede formularse si no se basa en una teoría seria de la traducción. Porque la influencia entre dos poetas de lenguas diferentes requiere la traducción. Lo que finalmente influye en un poeta no son los versos del original, sino los versos del original traducidos a su lengua. Ningún poeta puede tomar una imagen poética de un poeta extranjero si no la pone primero en palabras, si no le insufla un ritmo de su lengua. Son los versos extranjeros tal y como se escuchan en la estructura y el ritmo de su lengua los que hacen al poeta decidir si se apropia o no de ellos. Esto no significa que la influencia requiera la traducción escrita. Cada influencia depende de una traducción, es indiferente si la traducción ocurre sobre el papel o en la mente del poeta.

 

(Si la traducción de poesía es un arte, y si la influencia poética requiere la traducción, entonces la influencia no socava la originalidad. El texto de un poeta extranjero es, para el poeta, material como cualquier otro).

 

6

La traducción es el más cuidadoso modo de lectura. Los mejores lectores son los traductores.

 
7

Algunos de los mejores poemas griegos son traducciones. Algunas traducciones están entre los mejores poemas griegos.

 

(Si de repente se encontrara su original, ¿sería La pastora[2] una traducción?)

 

8

Una historia de la literatura que no incluya traducciones es una historia incompleta. Una antología poética que no incluya traducciones es una antología incompleta.

 

1984/1989
 






Mi traducción de este texto se publicó en el número 410 (22-11-2008) del suplemento 2C (ed. Eduardo García Rojas y Coriolano González Montañez) de La Opinión de Tenerife.

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Nasos Vayenás (1945) es un poeta, crítico, traductor y filólogo griego nacido en Drama. Estudió filología griega en la Universidad de Atenas y filología italiana en la Universidad de Roma, donde se doctoró con una tesis sobre Yorgos Seferis. En sus escritos críticos se ha ocupado de temas como la prosa griega del siglo XIX, el modernismo[3], la teoría de la literatura y temas de traducción literaria (ejemplo de los cuáles son estas «Ocho tesis para la traducción de poesía», incluidas en su libro Poesía y traducción, de 2004).

Ha estudiado en profundidad la obra de Seferis, de Kostas Karyotakis y de Andreas Kalvos. Como traductor ha publicado en griego textos de Robert Burns, Kimon Friar, Max Frisch y Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Entre sus libros de poemas destacan Biografía («Βιογραφία», 1978), Las rodillas de Roxana («Τα γόνατα της Ρωξάνης», 1981), Odas bárbaras («Βάρβαρες ωδές, 1992), Baladas oscuras y otros poemas («Σκοτεινές μπαλλάντες και άλλα ποιήματα», 2001) y Stéfanos («Στέφανος», 2004). Ha escrito también libros de ensayos: El poeta y el bailarín. Un examen de la poética y la poesía de Seferis («Ο ποιητής και ο χορευτής», 1979), El laberinto del silencio. Ensayo sobre poesía («Ο λαβύρινθος της σιωπής: δοκίμιο για την ποίηση», 1982), Notas de fin de siglo («Σημειώσεις από το τέλος του αιώνα», 1999) y Postmodernismo y literatura («Μεταμοντερνισμός και λογοτεχνία», 2002). Este texto se incluye en su libro Poesía y traducción («Ποίηση και Μετάφραση», Atenas, Stigmí, 2004).

Fuente para la elaboración de la semblanza biográfica y de las notas: «Λεξικό Νεοελληνικής Λογοτεχνίας» (Diccionario de literatura neogriega), Ediciones Pataki, 2008.

 

© Del texto original: Nasos Vayenás
© De la traducción y de las notas introductoria y a pie de página: Mario Domínguez Parra

 



[1] «A poem should not mean / But be». El verso proviene del poema «Ars Poetica», incluido en su libro Streets in the Moon, de 1926 (vid. Archibald MacLeish, Collected Poems 1917-1982, Mariner Books, 1985, p. 106).
 
[2] Se trata de un idilio cretense de autor desconocido, escrito alrededor de 1600, imbuido de la poesía arcádica y bucólica procedente del Renacimiento Italiano. Utiliza un lenguaje simple y está escrito en dialecto cretense.  El original italiano es desconocido. No parece posible que fuera La Ballata della Pastorella de Guido Cavalcanti (1248-1300), porque existen incontables ejemplos de este tipo de poesía con un argumento similar. Muchos especialistas lo consideran producto de la musa popular. Su influencia en la tradición oral es enorme, en forma de canciones populares provenientes de las islas del Egeo. El poema fue publicado en Venecia en 1627.
 
[3] El modernismo griego, en el campo de la poesía, está directamente relacionado con Zeódoros Dorros y Nikitas Rantos (pseudónimo de Nikólaos Kalamaris) y con la Generación de 1930: Nikiforos Vretakos, Odysseas Elytis, Yannis Ritsos, Yorgos Seferis, Nikos Engonópulos y Andreas Embirikos. Konstantinos Kavafis, Kostas Karyotakis y Takis Papatsonis son los precursores del modernismo griego en poesía. En el campo de la prosa está la llamada Escuela de Tesalónica (que comienza su actividad en 1930): Alkiviadis Yannópulos, Yorgos Delios, Stelios Xefludas y Nikos Gabriíl Pentsikis, que contribuyeron a la introducción de la técnica del monólogo interior en la narrativa griega gracias a las traducciones de obras de Virginia Woolf y James Joyce. Otros narradores relacionados con el modernismo griego son Melpó Axioti, Yannis Beratis y Yannis Skarimbas.

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